La propiedad conocida en la ciudad de Chihuahua como Matusita es tan popular que de ella versan muchas distintas leyendas. Es un inmueble al que la conseja le ha dado un lúgubre significado.
Todo comenzó muchos años atrás, cuando la casa era habitada por ser un perverso que maltrataba a sus sirvientes. Un día, cuando el señor pretendía dar un almuerzo, los sirvientes decidieron cobrar venganza colocando una sustancia en los alimentos, no para matarlo, pero lo suficientemente fuerte para ocasionarle trastornos mentales.
Se dice que luego de servir los platos, los sirvientes decidieron esperar en la cocina a que su plan surtiera efecto, cuando de pronto escucharon gritos provenientes de la sala. En el momento en que los empleados acudieron a la habitación descubrieron una terrible imagen: cuerpos despedazados por doquier y sangre estaba regada por todos los rincones de la casa. Todos los invitados habían sido asesinados a manos de su jefe, quien luego de acabar con la última persona, decidió quitarse la vida.
Desde aquel fatídico día, la propiedad se ha visto envuelta en una serie de extraños acontecimientos que suceden en el interior.
No obstante, existe otra versión que dice fueron los propios sirvientes los que mataron a su patrón, descuartizándolo. Luego, para ocultar su crimen, intentaron prender fuego a la casa para eliminar todo rastro, pero no pudieron hacerlo porque fueron capturados y sentenciados a pasar el resto de sus vidas en el manicomio.
Algún tiempo después, la casa fue habitada por una familia de chinos que llegaron a darle un toque muy oriental a la fachada, con banderas rojas y algunos adornos del mismo color. La propiedad, al cabo de unos días se convirtió en lo que se conocía como templo chino.
Estas personas eran de carácter muy reservado, casi nunca hablaban con nadie. Según se cuenta, un día el esposo ingresó a su habitación y descubrió a su mujer acostada con otro hombre. El chino enloqueció y tomo un cuchillo con el que asesinó al amante , a su mujer y a sus hijos.
Con este suceso en puerta, la gente comenzó a hablar de nuevo del inmueble, pues al parecer se trataba de cuatro paredes que estaban malditas. Los años transcurrieron y llegó a comprar la casa una señora europea llamada Parvaneh Dervaspa. Ella había vivido en Lima, Perú, donde fue acusada de brujería y hasta era perseguida por la Santa Inquisición.
La señora Parvaneh se escapó llegando a nuestro país, donde finalmente fue apresada. Al aprenderla confesó que sus poderes provenían del demonio, por lo cual obtuvo la mayor de las condenas, que fue la muerte en la hoguera. Estando en las llamas, la mujer lanzó una maldición sobre lo que fue su última morada, dijo que el lugar estaría eternamente maldito porque ella, de alguna manera, continuaría habitándolo desde el más allá.
La gente de Chihuahua cree fervientemente que la casa de los chinos o Matusita está encantada y temen acercarse. Hay quienes opinan que todas estas historias fueron dispersas por los gringos y los peruanos para defender la embajada estadunidense que está a un lado y porque en algún tiempo, cerca de ahí, se levantó la cárcel de Lima, que funcionó hasta 1872. La realidad es que ahí suceden cosas tan extrañas, como el que retumben las paredes aunque la propiedad esté abandonada, que deja mucho qué pensar.